Creating Technology for Social Change

Teachable Moments (español)

Mariel (@faeriedevilish) provided this translation, for which we are immensely grateful.

Un panel en la conferencia de Medios Cívicos de MIT y Knight trató sobre la segunda oportunidad de la open web (red abierta), y los problemas a los que nos enfrentamos con el crecimiento de este movimiento. Los panelistas fueron Mark Surman, Director Ejecutivo de la Fundación Mozilla, y Seamus Kraft, Director Ejecutivo de la OpenGov Foundation. Mark comenzó con la historia de la open web, cómo nació Mozilla en 1997 y dónde ve el movimiento hoy. Luego la conversación se dirigió a Seamus, quien hizo su primer login hace 17 años cuando Mozilla fue fundado.

Seamus entró a Internet al final de los noventa por dos razones principales. No como activista, o como desarrollador, sino como un adolescente joven interesado en intercambiar grabaciones en vivo de conciertos de Grateful Dead y Phish… y en conocer y chatear con su género preferido en el Mensajero Instantáneo de AOL. Nos saltamos al día de hoy: Seamus comenzó a luchar por la open web en 2011 cuando, como trabajador (conservador) del Congreso, vio la amenaza de SOPA y PIPA, entonces leyes inminentes, en contra de la Internet que él había aprendido a amar durante varios años. Él es alguien enamorado con lo que Internet le ha permitido hacer, intercambiando música y conocimiento, y conectándose con otros… y ha dedicado su vida a protegerla. Una historia bella – en general, necesitamos más activistas, y, entre más diversos seamos en nuestros orígenes, tendremos más vectores para comprender las problemáticas. Así que fue genial que llegara a hablar de este ideal compartido a una conferencia que es diversa en algunas maneras pero no en otras. Esto me encanta – nuestras ideas adquieren una mayor dimensión cuando se sostienen bajo objetos y fuentes distintos a los que estamos acostumbrados a ver.

Pero la historia del descubrimiento que Seamus hizo de la web no fue contada así. La frase “conectarse para conseguir chicas” se repitió varias veces en en panel. La indignación empezó a hervir en conversaciones paralelas, y luego se convirtió en enojo. Cuando Seamus bajó del escenario, él vio la tormenta en Twitter, entró en shock y terror ante la interpretación, y pasó el resto del día reconociendo su error y ofreciendo disculpas personalmente en Twitter… desde lejos de la conferencia. Yo habría hecho lo mismo. Estoy sorprendida y honrada de que regresó al día siguiente, y más aún de que está dispuesto a escribir esto conmigo.

Seamus dice:

“Cuando me senté fuera de la conferencia a leer cada tuit y comentario, caí en cuenta de cómo mi lenguaje no incluyente había hecho sentir mal a personas, fue como sentir un golpe en el estómago… dado por mí mismo. Fue brutal, abrasador y vergonzoso a la vez. ¿Cómo pude haber sido tan ciego con mi lenguaje? ¿Me había convertido en el chico tecnólogo idiota? Debí haber sabido desde antes, y usar el lenguaje que celebramos como activistas de la open web, en vez del que encontramos en los rincones más oscuros de la Internet. Al leer el hashtag de la conferencia y los tuits dirigidos a mí, sentí que había insultado de manera irreparable a todas las personas que ahí estaban, a todos quienes veían el webcast y a todas las personas que luchan por el Internet abierto.”

“Al contar la historia de cómo me conecté como adolescente, me permití usar el lenguaje de un adolescente. Y al tratar de compartir mi pasión por el creciente movimiento open web, logré precisamente lo contrario. Regresar a la conferencia al día siguiente fue una de las cosas más difíciles que he hecho, pero también estoy agradecido por todas las personas amables e increíbles que dejaron a un lado su enojo justificado, se sentaron conmigo, y literalmente me ayudaron a convertirme en una persona más fuerte, más consciente y –espero– lingüísticamente más incluyente. Me dieron otra oportunidad, una lección de oportunidad y unos abrazos muy necesarios que nunca, nunca voy a olvidar.”

Ahora Willow, en un ejercicio de empatía: 

Me recuerda una vez que estuve en Nueva Orleans, tratando de decir que no era una experta – que la gente que vive en la zona es experta en su propia experiencia. Dije: “Claramente, no soy de aquí. Véanme”, como tratando de decir que vieran qué tan quemada por el sol estaba, pues no paso mucho tiempo afuera, y no sé cuidarme cuando lo hago. Pero imaginen cómo fue percibido, y cómo supe inmediatamente que fue percibido. Me mortificó. Lo mejor que se me ocurrió en ese momento fue enrojecerme más y decir: “Bueno, eso sonó mal”.

Pero nadie me dijo nada. No hubo discusión. Y creo que eso es peor. Lo que tenemos en este momento de la conferencia de Medios Cívicos es una oportunidad para aprender y enseñar.

Estoy más inconforme con la reacción de mi comunidad al hecho que con los comentarios de Seamus. Los comentarios fueron inconscientes y torpes, sí. Está bien (y es necesario, diría yo) poner en evidencia esas cosas. Honestamente, creo que si hubiera estado hablando directamente con el público (no en un panel), habría visto esa respuesta inmediatamente. Me molesta que el otro panelista y el moderador no hablaron del tema con tacto cuando sucedió. De hecho, podrían haberlo condonado, o incluso amplificado. Me molesta que una comunidad que se considera abierta llegó al frenesí con comentarios de cierto tipo – y de haber sido culpable de ellos yo también.

Uhhh. Alguien que trabaja en gobierno abierto para “conseguir chicas”. CLARO que suena como algo en lo que estaría cómoda participando. #civicmedia

Es un gran momento para aprender – y no sólo para Seamus. Ésta es la pregunta: Si alguien con buenas intenciones usa lenguaje que causa una reacción de una comunidad cuyas normas aún no se han diseminado, ¿Cómo puede informársele de tal manera que asuma su buena fe y alianza? No sé de ninguna disciplina o acercamiento (incluyendo el feminismo) donde piense que “no regreses hasta que estés a nuestro nivel” es una respuesta apropiada para personas que lo intentan aunque caigan. Especialmente, dadas las intersecciones, y que los valores feministas llegan a nuevos terrenos (¡yuju!) y las personas en ellos no comprenden esos matices aún. ¿Cómo podrían hacerlo?

Me recuerda cómo entrené ballet y gimnasia durante casi una década, y aun así tenía un equilibrio pésimo. No tenía músculos estabilizadores porque, si un movimiento no era perfecto, tenía que rendirme. Con el parkour, practiqué para lograr quedarme sobre una superficie sin importar los movimientos de brazos que fueran necesarios. Las imperfecciones de mantenerse en pie eran más importantes que la perfección de la forma. Y la cosa es que, con este entrenamiento, gané suficiente control muscular para empezar a lograr todo de manera casi perfecta.

Ser un aliadx es DIFÍCIL. Para mí, lo más importante no es nunca equivocarse… lo cual me parece imposible. Incluso los lingüísticamente más precisos cambian de contextos (de manera intencional o a través de colapso de contextos). Lo importante es regresar a una conversación después de un mal paso. Y depende de mí, la persona con quien se alió alguien, asegurar que es seguro tener esas conversaciones después de un error cuando pienso que serán útiles (y tengo los recursos para tenerlas, etc etc). No estoy sugiriendo ni remotamente que no hay que enojarse por algo que es horrible, pues el enojo es por supuesto una emoción humana con mérito, etc. Pero después del enojo… ¿Entonces qué?

Si el punto es la comprensión, y el respeto y la igualdad que vienen de esa comprensión, eso significa que aprendizaje. Y aunque hay excelentes recursos sobre feminismo, igualdad, comportamiento, etc, asumo que todos sabemos que hay una diferencia entre leer un libro sobre cómo hacer algo y hacerlo. Aunque no se trata necesariamente de que nosotras (las mujeres) le enseñemos a los hombres qué pasa, la gente tiene que aprender en algún lado. Si los hombres quieren aprender, y nosotras (las de tipo femenino) no enseñamos, ellos van a aprender de otros hombres. Lo cual está genial, pero quiero estar abierta a preguntas y revisiones (“¿Lo estamos haciendo bien?”) porque sabemos que la cámara al vacío no ha funcionado bien hasta ahora. Y este tipo de intercambios conllevan errores. Y tenemos que saber cómo lidiar con ellos de tal manera que se promueva el crecimiento de la otra persona en el proceso. De eso se trata el aprendizaje. Es mi elección si quiero formar parte de esas conversaciones, pero aquí defiendo que vale la pena y es una responsabilidad hacerlo (aunque no una obligación).

¿Entonces cómo lo hacemos? ¿Cómo podemos decir estas cosas de manera que no puedan ser ignoradas y que se pueda retomar rápidamente (o mostrar que no lo será)? ¿Cómo te gusta que se muestre tus errores sociales? En mi caso, me gustaría que la gente me dijera “¡HEY! ¿En serio?” en el momento, asumiendo buena fe. Yo dejaría todo a un lado para tener esa conversación, o guardarla para más adelante, dependiendo en el nivel de urgencia y transgresión.

Seamus dice:

“En retrospectiva, me habría encantado que se pusiera en evidencia el lenguaje del panel mientras estábamos en el escenario; y, como consecuencia, la oportunidad de tener esa conversación y ajustar en tiempo real. Un “Disculpa, ¿Pero podrías ampliar sobre tu último comentario? Suena un poco sexista” me habría hecho rectificar instantáneamente, así como lo habría hecho la habilidad de poder ver la acción en el hashtag de la conferencia mientras estábamos en frente. 

No sé exactamente cómo podemos traducir a la vida real la respuesta lingüística inmediata que se vuelve posible con la open web y las redes sociales. Pero creo que sí es posible. Para mí, la definición de “aliadx” debería incluir la confianza en nuestra comunidad para poner en evidencia el lenguaje no incluyente desde el público, asegurarse de que la gente en el escenario de verdad escucha y entiende, y ayudar a la persona que se equivoca –como yo lo hice– a rectificar sus palabras erróneas y fortalecerse a partir de una experiencia que puede ser dolorosa de una manera positiva para todas las personas involucradas.”